viernes, 31 de mayo de 2013

TEORÍAS NEOPIAGETIANAS




PASCUAL-LEONE
La teoría de los operadores constructivos del psicólogo español Juan Pascual-Leone, constituye la primera de las formulaciones neopiagetianas. Pascual-Leone trata de integrar en su teoría la perspectiva constructivista y el concepto de estructura de origen piagetiano, con el uso de las herramientas conceptuales del enfoque del procesamiento de la información y la existencia de importantes diferencias individuales entre los sujetos. Pascual-Leone parte del concepto de esquema que considera, al igual que Piaget, como la unidad psicológica básica que posee el sujeto que media su interacción con el mundo. Los esquemas interactúan en diversos ámbitos y, así, existen esquemas perceptivos, motores, afectivos y cognitivos. Para definir el concepto de esquema Pascual-Leone utiliza las categorías propias del enfoque computacional. Así, un esquema contiene dos componentes básicos, un componente desencadenante (constituido por un conjunto de características o condiciones que producen la activación del esquema) y un componente efector (que especifica el conjunto de acciones −internas o conductuales− a realizar).
En una situación concreta que coincide con las condiciones desencadenantes de determinados esquemas, este conjunto de esquemas que son activados constituyen el campo de activación. Ahora bien, no todos los esquemas que son activados se aplican realmente en una situación determinada produciendo una acción del sujeto, sólo lo hacen aquellos que poseen una mayor fuerza asimiladora o peso de activación, que viene determinada por ciertos factores llamados operadores constructivos.
Los activadores de esquemas u operadores constructivos son factores organísmicos latentes u ocultos, que aumentan la fuerza asimiladora o peso de activación de los esquemas y tienen una base neurofisiológica. Pascual-Leone considera que los operadores constructivos pueden ser de diversa naturaleza, dando cuenta de distintos factores que determinan la conducta, como son los afectivos, perceptivos e intelectuales. Entre estos operadores el más conocido es la energía mental o espacio mental M, que se refiere a la capacidad atencional que utiliza el sujeto y que determinará el número de esquemas que podrá aplicar en un momento determinado. El concepto de espacio M es similar al de memoria operativa o de trabajo que proponen las teorías del procesamiento de la información y, según Pascual-Leone, es el responsable de los cambios que se producen de unos estadios a otros, ya que aumenta con la edad. Las dificultades que tienen, por ejemplo, los niños pequeños con las tareas típicas de las operaciones concretas, como la conservación de los líquidos, se deberían a que su espacio M es insuficiente para activar los esquemas necesarios para resolver este tipo de tareas. Por lo tanto, el espacio M es un marco estructural en el que se coordinan los esquemas, una especie de almacén a corto plazo que iría incrementando su capacidad a medida que aumenta la edad cronológica del sujeto (a ritmo de un esquema más cada dos años). En otras palabras, desde el período sensoriomotor hasta la adolescencia, el desarrollo cognitivo consiste, entre otras cosas, en un aumento del espacio M, de manera que cada dos años el sujeto adquiere la capacidad de utilizar un esquema más.


II) CASE
La concepción teórica de Robbie Case, además de las notables influencias de las teorías de Piaget y Pascual-Leone, incorpora conceptos y valoraciones provenientes de otros enfoques, especialmente de aquéllos que otorgan una mayor relevancia al lenguaje, la cultura y la interacción social, y que tienen su origen en teorías de autores como Vygotski Bruner.
Según Case los diversos niveles o estadios en el desarrollo cognitivo (sensorimotor, operaciones relacionales o representacionales, operaciones dimensionales o concretas, y operaciones vectoriales o formales) están caracterizados por un tipo de operaciones intelectuales básicas integradas jerárquicamente que se construyen sobre las operaciones del nivel anterior. Estas operaciones intelectuales pueden representarse como estrategias o estructuras ejecutivas de control con componentes desencadenantes y resultantes, diferentes en cada estadio. El concepto de estructuras ejecutivas sustituye aquí al concepto de esquema de Pascual-Leone, pero manteniendo claramente sus semejanzas.
Case sostiene que las estrategias ejecutivas dentro de cada uno de los cuatro estadios se van haciendo progresivamente más complejas mediante la adición de nuevos elementos o subrutinas. La elección de Case de un conjunto de estrategias de control ejecutivo para caracterizar la estructura totalizadora propia de cada estadio, en vez de hacerlo en términos lógicos como propone Piaget, le permite explicar los desfases horizontales del tipo del existente con las conservaciones.
En cuanto a la estructuración vertical, esto es, el proceso de transición entre un estadio y otro, Case propone la existencia de determinados cambios en el almacén a corto plazo o memoria operativa. Ahora bien, al contrario que Pacual-Leone, para Case el espacio total de almacenamiento no aumenta con la edad. Lo que sucede es que con la edad aumenta la práctica y la eficacia con la que realiza las operaciones el sujeto y, por lo tanto, quedan libres más recursos cognitivos.

III) HALFORD
La teoría de Halford comparte con las anteriores la importancia que otorga al incremento con la edad en la capacidad de la memoria operativa de los sujetos. Halford propone la existencia de cuatro estadios diferentes en el desarrollo caracterizados por la capacidad que adquieren los niños en el estadio de realizar diversos tipos de operaciones mentales llamadas correspondencias (término que toma del campo de las matemáticas). De esta manera, la progresiva adquisición de correspondencias crecientemente complejas explicaría el incremento en las capacidades
de comprensión, y adquisición de conceptos y conocimientos durante el desarrollo:
− Así, a partir del primer año, los niños serían capaces de correspondencias de elementos como las que proporcionan las imágenes y las palabras. Entre una imagen y el objeto representado la correspondencia está basada en la similaridad, mientras que entre la palabra y el objeto la correspondencia es arbitraria, convencional; pero en ambos casos sólo un elemento es considerado en el establecimiento de la correspondencia. Los conceptos y categorías simples son la adquisición típica de este estadio.
− A partir de los dos años, los niños son capaces ya de correspondencias relacionales que implican dos elementos y es la similaridad de las relaciones existente entre los elementos la que proporciona la correspondencia. Por ejemplo, cuando se representa la relación entre un niño y un adulto mediante la utilización de dos varillas, una más larga que otra: aquí hay dos elementos en la correspondencia, la relación entre el niño y la varilla más corta, y la del adulto y la varilla más larga. Las correspondencias relacionales subyacen, según Halford a la adquisición de los conceptos relacionales propios de los preescolares, como “más que” o “mayor que”.
− Las correspondencias de sistemas surgen en el desarrollo a partir de los 5 años e implican que tanto los elementos como las relaciones del primer sistema o estructura deben ser proyectados en el segundo. Un ejemplo sería la correspondencia entre los problemas de series de tres términos, que utilizó Piaget para caracterizar el pensamiento operatorio concreto, como la tarea de inferencia transitiva (que está descrita en profundidad en el apartado sobre el pensamiento en las operaciones concretas del tema de Segunda Infancia).
− Por último, a partir de los 11 años los niños son capaces de correspondencias multi-sistemas más complejas que implican, por ejemplo, varias relaciones binarias como las anteriores. Este tipo de correspondencias complejas implican ya una capacidad cognitiva de procesamiento superior, de 4 elementos, y su aplicación les permitirá resolver con éxito tareas de razonamientos deductivo y de comprobación de hipótesis.
Según Halford el desarrollo intelectual a través de cuatro estadios en los que los sujetos son capaces de operaciones mentales o correspondencias crecientemente complejas, depende básicamente del necesario incremento en la capacidad de procesamiento que estas operaciones requieren (por lo que la teoría de este autor está claramente más cerca de la posición de Pascual-Leone que de la de Case).



IV) FISCHER
La teoría de Fischer propone la existencia de 4 estadios o escalones (tiers) en el desarrollo de las destrezas cognitivas. La teoría de Fischer, se basa por tanto en el concepto de destreza (skill) que define, siguiendo a Bruner, como una habilidad que muestra cierta capacidad de generalización entre tareas y cierta especificidad para un determinado tipo de tarea; en sus propias palabras una destreza es “una característica de una persona en un contexto” .
La teoría de las destrezas de Fischer trata de dar cuenta, a la vez, de la variabilidad en el desarrollo que él considera un rasgo fundamental del mismo, y de la existencia también de una cierta constancia u homogeneidad que permite hablar de los diversos escalones en el desarrollo.
El desarrollo de las destrezas surge de la interacción del sujeto con la tarea en un contexto determinado y, por tanto, es altamente dependiente de la misma, ya que es a partir de la experiencia concreta de los sujetos con cada tarea como las destrezas se van complicando progresivamente.
Como la experiencia de los sujetos es muy diversa en los diferentes campos, el desarrollo de sus destrezas será, por norma, desigual y, por tanto, la variabilidad, el desfase, será la regla del desarrollo. Ahora bien, existe asimismo un proceso de generalización de las destrezas entre los diferentes campos y tareas que hace que aparezcan esas regularidades que llamamos escalones. Los cuatro escalones en el desarrollo: reflejo, sensoriomotor, representacional y abstracto, están caracterizados por el tipo de destrezas que posee el sujeto: reflejos, acciones, representaciones y abstracciones, respectivamente:
− En los primeros cuatro meses de vida, sólo los reflejos están a disposición del recién nacido, quien los puede controlar, coordinar y organizar. En el escalón sensorimotor los bebés son capaces ya de acciones adquiridas sobre las que llevar a cabo un progresivo control, coordinación y organización.
− El escalón representacional coincide con el período de preparación y organización de las operaciones concretas piagetiano. Al acercarse a los dos años, el niño tiene ya a su disposición destrezas representacionales, cuya creciente organización y generalización entre tareas les permitirá comprender adecuadamente las propiedades lógicas de los objetos.
− Por último, entre los 10 y los 12 años los niños serán capaces ya de pensar independientemente de las características de los objetos, gracias a la adquisición de unas destrezas abstractas que caracterizan este último escalón y cuya máxima cota o nivel óptimo no se adquirirá hasta los 25-30 años.


4 comentarios:

  1. Por que últimamente no entiendo nada, ¡buena información! pero aun asi no entiendo la diferencia entre la teoría piegetana y estas teorías Neo-piagetanas

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  2. alguien que me explique con sus palabras los 4 dimensiones de Halford porfavor que no lo entiendo

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